Todos estos hechos se hicieron eco via redes sociales, más especialmente en Twitter, donde la gente subía fotos y videos de la aglomeración en los bares de la zona de Plaza Serrano en Palermo, y cómo se veía que la gente no llevaba sus correspondientes barbijos o tapabocas para evitar cualquier potencial contagio hacia o de las personas que se encontraban allí.

Mucho se dijo acerca de esta medida, primero por una condición dada que en la Ciudad la curva de infectados había empezado a aplanarse y no veían con malos ojos volver a activar la actividad gastronómica. Ahora bien, con las medidas necesarias es posible casi en un 90% evitar el contagio, pero ¿realmente se está demasiado bien como para volver a estar aglomerados como se ve en las fotos de la gente? Lejos estamos de volver a la normalidad y sobre todo en un lugar donde los datos de infectados es más una incógnita que una certeza.

Acá el debate se mide no sólo entre los que todavía eligen hacer la cuarentena, a pesar del tiempo que llevamos encerrados, y los que no aguantan más la situación y eligieron ir a tomar una cerveza a un bar. El aval estaba, claro, pero lo que no está asegurado es el nivel de contagio en el tránsito de este virus, y a mucha gente le costó entender esta medida por lo que optaron en amontonarse en algún bar.

Por último, quizás lo más discutible sea el hecho de documentar o "denunciar" via redes la actividad de las personas que con autorización pueden acercarse a un local gastronómico siempre y cuando estas personas lleven el material puesto adecuado para evitar cualquier tipo de infección y, sobre todo, manteniendo la distancia acordada. Seamos responsables.

Lucas Ferella