Martes, 18 Septiembre 2018 10:16

Expulsaron del país a una mujer que había sido detenida en el distrito

Tras haberla capturado en la localidad de Ciudadela, la Justicia le dictó el extrañamiento: la enviaron de regreso a Paraguay y le prohibieron volver a Argentina.

El 12 de septiembre pasado, agentes del Servicio Penitenciario Federal acompañaron a Julia Fernández Brizuela hasta Aeroparque para obligarla a subirse al vuelo 1262 de Aerolíneas Argentinas con destino a Asunción de Paraguay, de donde es oriunda. La mujer, que había sido detenida en la localidad de Ciudadela, estaba acusada de ser una de las típicas "viudas negras".

 

Según informó Clarín, la Justicia le dictó el "extrañamiento" y le prohibieron regresar al país, luego de que la Dirección Nacional de Migraciones le cancelara la residencia argentina que tenía desde 1994. La protagonista, una señora de 56 años más conocida como "Naty", había sido condenada el 11 de febrero de 2016 por seducir a hombres, drogarlos y robarles.

 

Le probaron dos hechos, uno de ellos a un Comisario retirado de la Policía Federal, aunque siempre se sospechó de que hubo más víctimas. La táctica era muy sencilla, debido a que se aprovechaba de los hombres solos: llamaba a programas de radio de citas y se inscribía en chats telefónicos. Una vez que obtenía los contactos, aceptaba compartir una cena, pero siempre y cuando la que cocinara fuera ella.

 

 

Esto lo hacía con el objetivo de ponerle un somnífero y, cuando la droga hacía efecto, entraba en acción. Luego se supo que uno de sus cómplices era Rubén Javier Ortíz, su pareja que logró que la Justicia le otorgara la suspensión del juicio a prueba. Tras las denuncias, la mujer fue capturada a mediados de 2014 porque, desde su casa en Ciudadela, utilizó el celular que le había robado a una de sus víctimas.

 

Según determinó el fiscal, su primer golpe fue en 2013, cuando sedujo a un Comisario retirado que la invitó a su vivienda de Villa Crespo. La idea original era llevarla a un restorán, pero ella lo convenció de quedarse. Compraron una botella de vino, queso, dos latas de atún y arroz. Lo último que recordaba el uniformado era haber entrado a su cuarto y desvestirse. Cuando volvió a reaccionar, le habían sustraído hasta las medallas obtenidas por sus años de servicio.

 

Unos meses después, vecinos de Recoleta escucharon gritos del propietario de un domicilio que había sorprendido a la señora cuando lo estaba desvalijando junto a un cómplice. Por lo relatado, la había conocido la noche anterior y ambos le pegaron hasta desmayarlo. La "viuda negra" le había quitado el celular, que fue rastreado y se había activado en el barrio del distrito. Su última víctima la identificó en una rueda de reconocimiento, por lo que se inició el procedimiento hasta que la "extrañaron".

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