Vivimos épocas complicadas. Una crisis sanitaria nunca vista en la historia, que arroja una cantidad de muertos diarios difícil de explicar. La economía del país en descenso, luego de años de desidia y de fuga de divisas y capitales. El coronavirus llegó para quedarse por tiempo indeterminado. La pandemia, según los primeros meses del 2020, podría ser el nexo que por fin terminara con la grieta política, con la grieta social, la que ayudaría a que todos pensemos y actuemos de la misma manera, con el mismo fin: cuidar al sistema de salud para que no colapse.
Pero hoy, la situación es diferente. La gente solamente defiende sus propios intereses. Se acabaron los aplausos para el personal de salud, que reclaman mejores condiciones de trabajo. Se acabaron las felicitaciones para los docentes que dan clases como pueden. Hoy la Ciudad de Buenos Aires, nuevamente le da la espalda a los educadores y nuevamente los tilda de conflictivos.
En el marco del DNU anunciado por el Gobierno Nacional, donde expresaba las nuevas restricciones, de las cuales la que más hizo ruido en la población fue la de suspender las clases presenciales para continuar con la modalidad virtual por 15 días. El Gobierno porteño, defendiendo sus propios intereses, flameando la bandera de la educación, a la que siempre estuvieron en contra, a la que le recortaron fondos, a la que le quitaron las computadoras, a la que jamás invirtieron, hoy para ellos es lo más importante, aún más que la salud. El jefe del Gobierno porteño, Larreta, anunció en conferencia de prensa que las escuelas de CABA seguirán abiertas luego de un dictamen por el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, que casualmente firmaron de manera positiva algunos familiares del Gabinete del PRO. "Si tengo que elegir entre educación y salud, elijo la educación" se expresó el jefe de la Ciudad de Buenos Aires., el mismo día donde habían anunciado que un nuevo docente había fallecido de Covid.
Es insólita la medida de la Justicia porteña, ya que no tiene potestad federal por la Constitución Nacional. Es llamativo como se contrarresta una medida propuesta por el Gobierno Nacional (democrático) con un juzgado local. Casualmente en un año electoral, donde la gente observa con angustia y ansiedad el avance de la enfermedad. Rápidamente, podemos pensar que es llamativo como la Ciudad de Buenos Aires se maneja de manera unitaria o autónoma con ciertos intereses y en otros, como en la coparticipación, se autoproclaman federales.
Nuevamente el panorama se tiñe de gris. La política traspasa las necesidades de la gente, en un contexto atípico. Y hoy, para algunos gobernantes parece importarles más las elecciones que se avecinan, que la salud de la gente.
