Jueves, 12 Septiembre 2019 10:18

Matar el hambre a golpes

En un país convulsionado por la pobreza y con el pedido insistente de que se declare la Emergencia Alimentaria, hay otras cuestiones que no debemos dejar que pasen por al lado desapercibidas. La declaración de Emergencia Alimentaria es importante para que el Estado se haga cargo y distribuya fondos para paliar las necesidades mas importantes de la población, que no la pasa bien, en lugar de seguir con la timba financiera y la fuga de capitales al exterior.

Parar el hambre es mas urgente en este momento, que se dice por lo bajo que el acuerdo con el FMI estaría ya caído y no se va a realizar el desembolso de 54 millones de dólares por incumplimiento de las metas.

Todo muy abstracto para gente que vive el día a día y no entiende de macroeconomía. Todo muy inentendible para gente que no tiene un plato de comida nutritiva para poner en la mesa para alimentar a sus hijos. Todo ideado para que unos pocos naden en mares de números crecientes mientras miles clausuran sus fuentes de trabajo y millones sufren las consecuencias de esta vida regida por números que no alimentan los cuerpos y sólo hacen mas abultados los bolsillos. Hay que salir de esta abstracción para ver la realidad que suma a mas pobres en esta mesa vacía de alimentos.

La solución debe ser ya y dejar el resto de las consideraciones bursátiles y cambiarias para otro momento. Pero no es así. El Dios dinero sigue siendo mas importante y paga a pobres de ejércitos armados para que repriman a pobres desarmados que piden comida. Ejércitos privados que matan a viejos seniles que roban un queso de un supermercado. El poder verdadero no permite que se reniegue de sus pautas y ejemplifica con golpes y balas de goma.

Los hambrientos pasan frio en el acampe callejero. Mas hambre del que ya vienen sintiendo en sus ranchos vacíos de confort y da lo mismo estar en la calle. Allí al menos otros ven su desgracia. Allí, junto con otros que sufren lo mismo se manifiestan, se consuelan y aguantan los palos de los ejércitos del poder que llegan a dispersarlos. Esos mismos que persiguen a los tiros a un artesano hasta que muere ahogado en un río; esos mismos que matan por la espalda con la venia del poder; esos que matan a patadas de arte marcial en “legitima” defensa; esos que parten las cabezas de los manifestantes del hambre; esos que deberían proteger y matan al músico por sospechas infundadas y son aplaudidos desde el poder.

El hambre es mas urgente y el Estado todavía no entendió que hay mas del 50% de los niños por debajo de la línea de la pobreza que no comen en sus casas. Niños y abuelos hambrientos es la fórmula para hacer crecer el dinero acumulado en las cuentas del exterior. Con el hambre del pueblo se esta llevando a cabo un plan que ya fracasó en otros países y fracasó también en este, en el pasado.

Los oídos sordos de ambición no pueden escuchar el clamor y los gritos del hambre y siguen en su juego diciendo que van por el camino correcto.

Por: Marcelo Sordi

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