La reforma laboral impulsada por el gobierno busca dar un giro significativo a la forma en que se abordan los procedimientos relacionados con empleo registrado y no registrado. Un aspecto clave de esta reforma es la creación de un Régimen de Promoción del Empleo Registrado, diseñado para regularizar relaciones laborales deficientemente registradas o completamente no registradas anteriormente. Este régimen ofrece una oportunidad única a las empresas para blanquear su fuerza laboral y obtener condonación de deudas previsionales, multas e intereses.
La centralización de la registración en la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) es otro cambio significativo. Esto busca simplificar los trámites y reducir la complejidad que rodea a las empresas que operan con fuerza laboral no registrada. La supresión del capítulo de multas por trabajo no registrado también forma parte de esta reforma, lo que podría tener un impacto significativo en el panorama laboral.
La modificación del régimen indemnizatorio es otro tema importante. Se redefine la base de cálculo y establece topes equivalentes a tres veces el salario promedio del convenio aplicable, con un piso del 67% del salario normal y habitual. Esto busca dar mayor claridad y transparencia en las compensaciones que se otorgan a los trabajadores que pierden su empleo. La habilitación para que los convenios colectivos reemplacen la indemnización con un fondo de cese laboral sostenido por los empleadores también es una medida innovadora.
La creación de un régimen especial para los repartidores de plataformas digitales es otro aspecto destacado. Definirlos como “trabajadores independientes” y fijar obligaciones fiscales y de seguridad social busca abordar las complejidades del empleo registrado en la era digital. Esto pone en contexto las necesidades de políticas que aborden las nuevas formas de trabajo que están emergiendo con fuerza en el mercado laboral actual.