Ayer ya se habían abierto dos nuevas bocas que incrementaron el nivel de las erupciones, incurriendo en explosiones y estruendos desesperanzadores para la población. Tal es así que se ordenó la evacuación de mas de 100 personas, llegando a un total de 6200 habitantes de la isla que tuvieron que dejar sus hogares frente a la actividad incesante del cráter. En los últimos días, la lava ha arrasado a mas de 400 propiedades, 190 hectáreas y destrozado alrededor de 14 kilómetros de asfalto, y ni las lluvias han logrado mermar la vehemencia con la que avanza. Miles de familias vieron como este gigante de la naturaleza se iba llevando todas sus pertenencias a su paso.
El volcán había estado inactivo durante 5 décadas, y las ultimas dos erupciones, en 1949 y 1971, dejaron un saldo de tres muertos por inhalación de los gases. Los expertos aseguran que la actividad actual hará inevitable que se incrementen las partículas de dióxido de azufre en el ambiente, elemento que en enormes cantidades puede ser altamente tóxico. Las nubes de ceniza cubren el cielo de la zona, y se estima que la situación actual persista por varias semanas más, por lo que también han cerrado el aeropuerto local.
A pesar de que las autoridades tratan de mantener la calma, aludiendo a que se enfrentan a una actividad normal para los volcanes de la isla, muchas personas evadieron las recomendaciones de quedarse en sus casas, y se aglomeraron en el puerto para huir del desastre hacia Tenerife, la localidad vecina.