La noticia de la docente agredida por la madre de un alumno en San Martín recorrió rápidamente las redes y los medios locales. La escena fue brutal: una mujer golpeada en el rostro, con sangre en la cara, mientras otros niños miraban sin entender qué estaba sucediendo.
La comunidad educativa no se quedó corta de reacción. El paro y movilización en repudio al ataque fueron un claro mensaje de descontento y solidaridad con la profesora agredida. La titular del Ministerio de Educación se sumó a la crítica, mostrando su apoyo a la víctima.
El incidente está siendo investigado, pero ya es evidente que las consecuencias serán duras para quien cometió el ataque. La pregunta ahora es qué medidas se tomarán para evitar que algo similar vuelva a ocurrir.