Martes, 12 Noviembre 2019 11:55

El presidente insiste en negar el golpe

El presidente insiste en negar el golpe Página 12

Macri sobre Bolivia: "Esperamos que rápidamente puedan convocar elecciones". Dos días después de que se subvirtiera el orden democrático en Bolivia con el pedido de renuncia de las Fuerzas Armadas al expresidente Evo Morales, Mauricio Macri todavía no sabe cómo definir lo sucedido.

Lejos de hablar de “golpe de Estado” , el presidente argentino saliente se limitó a decir que está “preocupado” por "lo que están viviendo los bolivianos". “Quiero dejar en claro que repudiamos la violencia de cualquier tipo y bajo cualquier circunstancia”, subrayó al encabezar en el Museo Casa Rosada la apertura de la Jornada del Cuerpo de Abogados del Estado.

Macri insistió en destacar al “diálogo como mecanismo de salida”. Sin embargo, nada dijo de cómo las Fuerzas Armadas le “recomendaron” su renuncia a Morales -en palabras de su canciller Jorge Faurie- ni explicó por qué el presidente depuesto boliviano tuvo que refugiarse en México ante la negativa argentina a recibirlo a él y a sus ministros. Simplemente habló de “hechos que están viviendo nuestros hermanos bolivianos”, con los que recordó une a los argentinos “una historia común”, y de “elecciones libres”.

“Las elecciones son la mejor manera de transparentar la voluntad del pueblo boliviano y que sus mecainismos previstos en la Constitución son los que van a permitir resolver esta cuestión”, se contradijo. Por último, clarificó un poco más su opinión sobre el conflicto desatado en el país andino: “estamos siguiendo de cerca el tema y esperamos que rápidamente puedan convocar elecciones”, cerró.

Faurie había asegurado que en Bolivia hay “una grave crisis institucional” pero evitó hablar de “golpe de Estado” al minimizar el papel que jugaron las Fuerzas Armadas en la renuncia de Morales. Para Faurie, las fuerzas le “sugirieron” que renuncie, pero no existió “una interacción”.

El canciller de Macri justificó el accionar de los militares al hablar del supuesto “cuestionamiento social” que acaparaba el exmandatario. Según el funcionario, eso "motivó las protestas y llevó a las fuerzas policiales a acuartelarse para no reprimir, y a las Fuerzas Armadas a declararse prescindentes", manifestando que "la situación tenía que resolverla la clase política".

Según su apreciación, sólo existe un golpe de estado cuando “alguien es sustituido arbitrariamente, violando la Constitución y usurpando el poder”, algo que consideró no ocurió en Bolivia. Su mirada difiere diametralmente con la de su predecesora en la Cancillería, Susana Malcorra, para quien “no es una cuestión debatible” que en el país hubo un golpe contra la democracia.

"Hay tres elementos objetivos que hay que evaluar. Primero, que se haya interrumpido el mandato de un presidente democráticamente electo. El procedimiento por el que se interrumpió (el mandato) no es el establecido constitucionalmente, es decir, a través del Congreso", explicó la exfuncionaria al desmarcarse del gobierno.

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